viernes, 14 de mayo de 2010

Los trastornos emocionales en los niños

Hoy día, con el aumento de la información sobre el Desarrollo infantil, y con la mayor presencia de los especialistas médicos en el área de los niños, escuchamos frecuentemente que hay un aumento de los trastornos emocionales en este grupo de edad, y desde muchos campos profesionales se habla de la ansiedad en niños, de la depresión, del trastorno bipolar, del trastorno por déficit de atención, etcétera,

Sin embargo, debe considerarse con mayor cuidado la situación: ¿a que nos referimos cuando hablamos de un trastorno emocional en niños?, ¿todos los niños que presentan alteraciones emocionales deben recibir un tratamiento médico?, ¿han aumentado estos trastornos en la niñez?

Primero: Los niños, como todos los seres humanos, estamos expuestos al medio en que vivimos, y nuestro organismo presenta una respuesta ante las fuerzas que inciden sobre nosotros, esto es lo que se llama comúnmente stress ( o estrés en su acepción castellanizada), entonces, ante los estímulos del entorno, respondemos adaptándonos o desadaptándonos. Si nos adaptamos, no presentamos cambios conductuales y podemos seguir funcionando con el estilo de siempre, sin embargo, cuando el estímulo es tan intenso que nos desadapta, buscamos re-acomodarnos de diversas maneras: negando que existe tal problema, presentando síntomas conductuales o físicos durante un tiempo corto o cronificando dichos síntomas y presentando cambios conductuales, emocionales, físicos más intensos, más disruptivos, más problemáticos de manejar y para interaccionar con los demás, y entonces es que hablamos de verdaderos Trastornos Emocionales, con una sintomatología específica, con un cuadro clínico que es factible diagnosticar y atender de acuerdo a las necesidades y características de cada sujeto, con técnicas de terapia conductual, diversos medicamentos, o entrenamiento en formas de enfrentarse a los cambios de vida que provocan las alteraciones mencionadas.

Segundo: gracias al mayor conocimiento en Diversos campos como las Neurociencias, sabemos que el cerebro de los niños y adolescentes pasa por diversas etapas de cambio estructural, que determinan que esté en mayor riesgo de presentar alteraciones emocionales, pero no es real que todos los niños presenten dichas alteraciones, ni que la intensidad de estas obligue a que todos deban acudir a una atención especializada. Más bien habrá que evaluar a cada chico en particular, recordando que en general, a los menores les es más difícil expresar verbalmente sus malestares, y los expresan frecuentemente por síntomas corporales o conductuales, y que éstos, se presentan como una forma de adaptación ante el estímulo estresante, que si no es de gran duración o intensidad, permite que el chico vuelva pronto a tener el control de sus circunstancias y que al disminuir el estrés circundante, se vuelva a acomodar y regrese al funcionamiento previo. Esto se conoce como Trastorno Adaptativo y es relativamente común en los menores ante los cambios de circunstancia de la vida diaria

Tercero: con todo lo anterior, podemos decir entonces que no todos los niños están obligados a presentar trastornos emocionales en su evolución, que cuando éstos se presentan, pueden ser un proceso adaptativo a los cambios vitales que están teniendo, y que habrá que observar más de cerca para determinar si se pueden enfrentar al hecho o si requieren una ayuda, y por último, que hay un grupo de chicos, que por sus propias características biológicas y psicológicas responden más intensamente al estrés y que presentan síntomas más intensos o que se cronifican rápidamente y que a estos menores se les deberá proporcionar una ayuda profesional temprana, para evitar tanto la cronificación como el empeoramiento de sus manifestaciones.

Cuarto: En relación a la pregunta sobre si este tipo de trastornos han aumentado en la población infantil, la respuesta no es muy específica: Probablemente lo que ha aumentado sea el conocimiento en el Desarrollo de los procesos mentales y biológicos en los niños. Estamos en mejor posición para conocer cómo evoluciona el tejido cerebral y los cambios que va presentando, al mismo tiempo que los cambios del resto del cuerpo de los menores, por ello, es más fácil diagnosticar ahora problemas que anteriormente no se comprendían o no se consideraban un problema por la ignorancia que sobre el Desarrollo se tenía, y si además consideramos que la vida en la actualidad resulta mucho más complicada que lo era en el siglo pasado en cuanto a las exigencias académicas, sociales, culturales, y la gran cantidad de estímulos que rodean al niño, podemos considerar que efectivamente estamos ante un aumento de los trastornos emocionales en los niños, pero entendiendo mejor la definición de un trastorno emocional y los factores que intervienen en este concepto.